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ANOTACIONES SOBRE EL CIELO. Galerìa Viloria Blanco. 2012. 

ANOTACIONES A TRAVÉS DE UNA VENTANA

 

Por SUSANA BENKO                                                    

 

La pintura de Paul Parrella es el resultado de la decantación de un proceso reflexivo en torno a la realidad circundante y la expresión de esa realidad. Caracterizada por el procedimiento informal, el artista ha ido clarificando con los años sus objetivos centrales de manera que entre sus Anotaciones sobre el agua (2005), las Anotaciones sobre la luz (2007) y las actuales Anotaciones sobre el cielo (2012) hay importantes diferencias que dependen de los procesos de captación de la imagen propiamente dicha y, en definitiva, de las intenciones discursivas del artista.

 

En tal sentido, más que la representación abstracta de una realidad (dada la informalidad del trazo) esta pintura es la presentación de la realidad tal como ella es en un momento y en un estado determinado. Ello parecería una contradicción entre lo que vemos y lo que se señala. Para comprender esto debemos comparar el procedimiento utilizado en 2005 para entender el actual. En ese entonces, el interés consistía en registrar las impresiones y el movimiento del agua para luego reinterpretarlos en gran formato en el taller. El registro en sí perdía fidelidad ya que predominaba un proceso de abstracción sustentado en el manejo de los elementos de expresión (color, equilibrio, balance, composición, etc.). Con las Anotaciones sobre la luz se produjo un cambio sustancial pues el artista supeditó el aspecto formal de la obra por la captación inmediata de la luz a través de la proyección de la sombra de los árboles. Pintaba en el momento preciso de captación de formas de sombra y de luz siguiendo los parámetros que la naturaleza signaba. Esto implica velocidad. Captación inmediata de una situación efímera y permanentemente cambiante, lo que sin duda justifica la mancha informal como resultado plástico.

 

Anotaciones sobre el cielo es producto del registro de la forma de las nubes. Para ello Paul se vale de la fotografía, el dibujo sobre papel milimetrado o el acetato que le sirven como apuntes además del dibujo sobre vidrio, experiencia que tiene como punto de partida la ventana de León Battista Alberti. Éste propuso visualizar los puntos de referencia de un espacio determinado a través de un velo signado por una matriz o cuadrícula, velo que se adosaba al marco de una ventana. Con un procedimiento similar, Paul observa las nubes a través de la retícula dibujada en la ventana de su taller. En ese marco tiene todas las posibilidades infinitas que la naturaleza le provee y las registra tal como ellas son. Tal es el sentido de estas Anotaciones: registrar y eternizar el instante trastocando simultáneamente el criterio del paisaje fijo. Su objetivo es pintar lo eternamente cambiante. Luego de este registro, extrapola, como él mismo señala, la mancha a la tela. La nube, por otra parte, puede visualizarse, paradójicamente, con un material tan denso como es el asfalto. Se trata de una contradicción desde el punto de vista formal. Sin embargo, la nube como forma es tan invasiva y densa como lo es el asfalto. Como imagen es cortante, sólida, tanto que tiene la capacidad de alterar un paisaje.    

 

Entendiendo entonces este apego a la realidad, cabe preguntarse si la pintura de Paul Parrella es en realidad abstracta. Lo es por su apariencia y transfiguración de formas. Lo es al circunscribirse en las expresiones informales. Pero ¿lo sigue siendo cuando el dato suministrado parte de un hecho tomado fielmente de la realidad? Esta es una paradoja que el artista nos invita a dilucidar.

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